Esta nueva dotación pública, demandada desde hace años por la ciudadanía del entorno, abrió hoy al público para dar mayor calidad a esta parte del litoral.
El parque de Guadamojete, en Radazul Bajo, cuenta ya con su propia instalación para mascotas. Se trata del segundo parque canino de El Rosario, habilitado en los dos últimos años (el primero se encuentra en Tabaiba Baja) y que abarca una superficie de 345 metros cuadrados. El alcalde de El Rosario, Escolástico Gil, acompañado de varios ediles del Equipo de Gobierno, visitó la puesta de largo de esta nueva dotación pública, demandada desde hace años por la ciudadanía del entorno, y que dará mayor calidad a esta parte del litoral. “Moly”, un perro mestizo de diez años de edad, fue la primera mascota que estrenó la instalación. Está compuesta por varios módulos de juego y aparatos de ejercicios “agility”, fuente de agua y bebedero, pérgolas y mobiliario urbano. El horario de uso del parque es de 7:00 a 22:00 horas.
El primer edil Escolástico Gil valoró la puesta en marcha de esta nueva instalación “en la línea del compromiso que adquirimos con la ciudadanía para ejecutar este tipo de parques para mejorar la calidad de vida y fomentar el esparcimiento al aire libre de las mascotas de nuestros vecinos y vecinas”. Cabe destacar el importante número de mascotas, fundamentalmente perros, que viven en las zonas residenciales de este núcleo del litoral rosariero.
El área escogida para llevar a cabo el parque canino de Radazul Bajo se ubica en la esquina suroeste del mencionado parque urbano de Guadamojete, junto al acceso de vehículos del Club de Mar Radazul, con poca pendiente y respetando tanto el acceso peatonal al parque como el recorrido deportivo y de ocio que allí existe, encontrándose dentro de la zona de deslinde marítimo-terrestre y contando con la pertinente autorización de la Dirección Provincial de Costas.
Las características del parque canino se resumen en un área llana, donde se ubican diferentes aparatos “agility” para promover el ejercicio físico entre los canes, alternando estos elemento con tres jardineras (la mayor de ellas ya existente) y dos pérgolas ejecutadas sin elemento metálico alguno, únicamente con madera y soga, evitando así, en la medida de lo posible, su deterioro por la cercanía con el ambiente marino.
El parque canino estará rodeado por un murete, a modo de banco perimetral, resolviendo la totalidad del cerramiento con malla metálica transparente para no perder la visión del mar en ningún momento desde el interior y a través del propio parque. La inversión total de la instalación alcanzó los 34.000 euros.
Este segundo parque canino de El Rosario resuelve la problemática de encontrar lugares seguros, limpios y acotados para el disfrute de los animales de compañía. El equipamiento se completará con sistema de doble puerta de acceso para impedir que los perros salgan del recinto, mobiliario urbano y bebedero para los animales.